Érase una vez una niña llamada Ariane que vivía en Texas con sus padres.
Ariane tenía 10 años y era una niña obediente y trabajadora y siempre había soñado con ser enfermera. Un día, Ariane recibió una noticia de sus padres, le dijeron que se iban a separar y entonces la niña rompió a llorar y se fue corriendo a su habitación. El día siguiente, su padre decidió irse de casa pero Ariane le pidió que no se fuera pero al final, a la hora de dormir, su padre se fue. Pasó una semana y a Ariane le habían entregado las notas y cuando las vio, su madre se sorprendió mucho porque las notas eran malas y Ariane siempre las sacaba buenas. La profesora de la niña y sus padres hablaron con ella y le dijeron que, aunque ellos se separaran, ella podía seguir viendo a su padre y que siempre la iba a apoyar en todo. Ariane se alegró mucho y desde aquel día, todo empezó a cambiar en su vida, las notas mejoraron y las amigas que se habían distanciado de ella volvieron a estar a su lado. Su madre estaba muy contenta y su padre también y se dieron cuenta de que, aunque estuvieran separados podrían llevarse bien como amigos.
Pasaron los años y Ariane cumplió los 18. Ya era toda una señorita y se iba a meter en la Universidad para ser enfermera. Su profesora estaba muy contenta porque la había querido como si fuera su hija y tenía muy buena relación con su madre. En la Universidad conoció a un chico llamado Asier, tenía la misma edad que Ariane y se acababan de conocer.Él se empezó a acercar mucho a ella y pronto tuvieron muy buena amistad. Ella lo quería mucho y él a ela también. Ariane se lo presentó a su madre y luego a su padre que estaba muy contento de que su hija tuviera un amigo que era muy buena persona, siempre le ayudaba en cualquier problema que tuviera. Pronto se hicieron pareja y estaban muy felices. De repente, su madre enfermó de un mal que no se podía curar y murió. Ariane se puso muy mala y dejó los estudios, su padre y Asier le ayudaban en todo lo que podían pero ella se ponía cada vez peor así que decidieron llevarla al médico y vieron que tenía depresión y les dijeron que tenía que estar tranquila y tener a su lado a alguien que le acompañara.
Dos años después, Ariane ya se recuperó. Todos estaban felices y ella volvió a estudiar. estaba muy contenta porque por fin iba a poder hacer realidad el sueño que siempre había soñado.
Asier y Ariane se casaron y se fueron a vivir a Londres. Buscaron una casa para que su padre viviera en ella. Ariane se enteró de que estaba embarazada y su marido se puso muy feliz. Al cabo de nueve meses, el bebé nació y se llamó Elena, y entonces, todos fueron los más felices del mundo.
Cristina, 12 años.
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